Aunque no sea nada pedagógico , todos los que somos padres hemos caído alguna vez al uso del grito para" educar". Cuando el grito es circunstancial es entendible; ahora bien ...¿cuánto de práctico y útil tiene gritar a nuestros hijos o alumnos?.
Para comprender la situación, es importante destacar que el grito es una manifestación de debilidad por parte de la persona que lo emite. Gritar es un síntoma de frustración a la escucha o demanda de alguien hacia otra persona , en este caso nuestros hijos. Denota inseguridad y emocionalidad desbordada...
De cara al que recibe el grito (niño) , las primeras veces puede interpretarlo como alarma , pero si es un hábito educativo , el niño lo recoge como norma y éste no hará caso hasta que se le vuelva a gritar una y otra vez. Por lo tanto el grito no es una herramienta educativa adecuada que de resultados.
Además de la habituación a ese tipo de conductas de corrección , el niño o niña se vuelve inmune ante los gritos , desconecta y no es capaz de gestionar sus emociones ni de comprender los mensajes.
A su vez el niño aprende que con una actitud agresiva es como se resuelven las cosas : gritando. Ante el estrés entiende que la ira es lo que se utiliza. No olvidemos que somos su referentes .A nivel auto concepto , el grito continuo en la educación refuerza la baja autoestima, porque incrementa hacia sus padres el miedo , que no el respeto , y el resentimiento , es un niño que no avanza porque está acostumbrado a hacer cambios a través del grito y la desesperación.
Por lo tanto , todo lo que esté en nuestras manos debemos descartar el grito para corregir, una pausa cuando nos veamos desesperados y no reaccionar en ese mismo momento sin haber respirado lo suficiente ..., es un ejercicio de regulación que nos sirve a nosotros mismos para ser conscientes de nuestras emociones.
Cuando se trate de dirigir a nuestros hijos hacia donde queremos llevarles...trabajemos el" estado de flow" mucha calma... hagamos lo contrario que en ese momento tu cuerpo te pida hacer. Pensemos que el grito y la agresividad aleja en vez de acerca. Un niño es un ser capaz de aprender y desaprender en cada momento. Por ello nunca es tarde para empezar con otro modo de conseguir respuestas adecuadas.
Los niños si están irritados, no saben localizar cuál es su fuente de insatisfacción o estrés , por ello , nosotros como padres , no podemos dejarnos arrastrar , si no que debemos acompañar en ese momento a nuestros hijos de otra manera. Un niño o niña que es tratado con respeto , va a tratarte con respeto y tratará a otros con respeto.
Ayúdale a gestionar su rabia o ira, recondúcelo jugando con el , abrazándolo, preguntándole que le pasa y como puedes ayudarle, si le ha sucedido algo en el cole...Si la situación es muy angustiante , suele funcionar bien "un tiempo fuera" , tiempo para pensar cada uno en un punto de la casa .Y como no , si hemos dicho o hecho algo que creemos no adecuado , expresarlo hacia nuestros hijos : pidiendo disculpas , esta actitud es una muestra de respeto y amor .
Ser padres no nos confiere un grado de superioridad , ser padres confiere responsabilidad y educación consciente: amor y comprensión ( aunque sabemos que es una tarea difícil) , comprender que su desarrollo como niños necesita de altas dosis de paciencia, amor, respeto, normas y límites.
Serena Martínez Dai
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